Cierra los ojos, y ponte cómodo.

Siente como respiras...

Relaja tensiones del cuerpo...

La respiración tranquila...

Lleva tu atención a un lugar de serenidad: la montaña, el desierto, el mar... el que más te agrade... disfruta de todo lo que observas a tu alrededor... toma consciencia de todos los detalles, de los colores, de las sensaciones...

Lleva la atención al centro de tu pecho... imagina el sol naciente... su color dorado. A medida que tu respiración se hace más amplia el sol crece en tamaño y luz. Te sientes pleno de energía...

Poco a poco, desde tu corazón, te expandes hacia fuera, proyectas una luz de amor... un color de amor... hacia las personas... hacia los lugares donde es necesaria la fraternidad, la alegría, los sentimientos, la hermandad... Derramas rayos de luz sobre el mundo para que haya concordia, amor...

Aunque seas una pequeña luz no estás sólo. Únete a todas aquellas personas que de alguna manera se sienten ciudadanos del planeta Tierra y aman a la gente, a la Naturaleza.

CANTA OM...