Tendido en el suelo, boca arriba, ojos cerrados y cuerpo relajado.

• Se flexionan las piernas, se doblan las rodillas y se acercan los pies a los glúteos.
• Se doblan los brazos y se apoyan las palmas de las manos en el suelo de ser posible, lo más cerca de los hombros que se pueda y con los dedos apuntando hacia adelante.
• Con una inspiración profunda se arquea y se levanta el tronco, los glúteos, las piernas y la cabeza mediante el esfuerzo conjunto de todo el cuerpo.
• El practicante queda con su cuerpo arqueado y su cabeza suspendida en el aire, apoyado en el suelo por sus manos y sus pies.
• Se permanece en la asana el mayor tiempo posible.
• Se centra la atención en la columna vertebral y en el cuidado de no hacerse daño en las manos y en la espalda.

Existe una variación a este ejercicio: Ardha-Chakrasana (ó la media postura). Consiste en practicar el mismo ejercicio, pero de pie.   

Es necesario tener cuidado de no forzar el cuerpo. Las manos y las muñecas se flexionan y soportan el peso, al igual que los pies, lo cual sugiere prudencia con esta asana. Lo mismo se aplica a la zona lumbar y cervical de la espina dorsal.

Los beneficios musculares y del sistema óseo son notables. Todo el cuerpo se revitaliza con la postura de CHACRASANA. Además, es un ejercicio simbólico de interés.

Dentro del Tiempo Libre esta asana gusta a los niños, en especial a los más pequeños, ya que juegan a que uno  de ellos hace de puente y los otros pasan por debajo.