Postura de Apoyo en los Hombros
SARVANGASANA
Descripción
Pertenece a la serie de posturas invertidas que sitúan la cabeza por debajo del corazón.
Es una asana que canaliza energía y permite la comprensión de conceptos abstractos como silencio, vacío, tiempo, espacio tridimensional, nociones de altura...
Beneficios corporales
Aviva la circulación sanguínea. Irriga el cerebro, descongestiona los órganos abdominales, distiende la columna vertebral, elimina la tensión nerviosa, conduce hacia una sensación de calma y al relax...
Simbolismo
Esta asana identifica la unión del cielo con la tierra, de lo individual con lo colectivo. Es el impulso vertical de un movimiento del cuerpo que partiendo de una postura irracional (la cabeza abajo, los pies arriba) expresa la universalidad del vacío como energía, sin formas definidas...
Técnica
Tendido en el suelo, boca arriba, cuerpo flojo, barbilla hundida, riñones aprietan el suelo, brazos junto al cuerpo y las palmas de las manos presionando el piso, pies y piernas juntos.
Se flexionan las piernas y se colocan las plantas de los pies en el suelo, cerca de los glúteos.
Se respira con profundidad y se suben las piernas flexionadas, con lentitud.
Se estiran las mismas, hasta que formen un ángulo recto con el tronco. Ahora, apoyando con firmeza las manos en el suelo y mediante el esfuerzo de los músculos abdominales, se elevan las piernas y el tronco. Doblando los antebrazos se colocan las manos en la región lumbar, en la espalda, con la idea de mantener el equilibrio corporal. Se endereza las piernas y el tronco, como si se quisiera tocar con los pies el cielo, acercando poco a poco, el esternón a la barbilla.
Postura de Sarvangasana
El cuerpo forma una línea que va desde el suelo hacia arriba, lo más vertical posible. Con ligeros movimientos, el practicante moverá sus manos, subiéndolas o bajándolas, hasta quedar lo más cómodo, equilibrado y recto que sea posible. Los movimientos serán armónicos y suaves, permitiendo que el cuerpo quede apoyado en el suelo por la zona posterior de la cabeza, cuello y hombros, el mentón apoyado en el tórax, las manos asidas a la parte superior de la espalda y las piernas en vertical. Lograda la posición deseada, se relaja el mayor número de músculos que se pueda y se respira con naturalidad y fluidez.
Se mantiene la posición el mayor tiempo posible, con comodidad, tratando de no moverse.
Para descender, hay que evitar el movimiento brusco o caer violentamente al suelo. Por el contrario, se realizan todos los movimientos ya seguidos, pero a la inversa, sin despegar la cabeza del piso.
Una vez finalizada la postura es recomendable permanecer unos segundos tendido en el suelo, practicando una respiración amplia y una relajación breve.
Duración - repetición
Se puede permanecer en la posición unos pocos minutos, aumentando el tiempo de forma metódica. Se practica una sola vez por sesión.
NOTA: No conviene la práctica de esta asana para quienes padezcan de hipertensión arterial, arteriosclerosis, insuficiencia cardíaca, dolencias agudas de la región cervical o lumbar de la columna vertebral, hernias de disco, hemorragias, afecciones respiratorias congestivas...
También se ha de evitar practicar esta postura durante los primeros días de la menstruación.
Variante : Viparita Karani
Es una variación interesante para personas obesas, para quienes padecen de molestias cervicales o de poca flexibilidad.
En esta variación, se parte de la misma posición anterior pero en lugar de elevar las piernas, las mismas se inclinan ligeramente hacia atrás acercando los muslos al tórax y formando un ángulo agudo con el cuerpo.
Postura de Viparita Karani
Finalmente doblan los antebrazos y se colocan las manos en la parte inferior de la espalda, a la altura de los riñones.
El resto del ejercicio es igual a la postura de SARVANGASANA.
Lo único que varía es la inclinación del tronco y la orientación de las piernas ya que en lugar de dirigirse hacia arriba lo hacen hacia atrás.